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Realismo Capitalista ¿Hay Alternativa?_Mark FIsher
(Una lectura acelerada al libro de Mark Fisher Realismo Capitalista ¿No hay Alternativa?)
El punk fue un estilo musical que representó la contracultura en Piratlandia. Si uno dice punk uno ya piensa en un hombre que tira un par de verdades y luego muere, en una forma de vivir intensa que se consume en su propia ráfaga de fuego.
Mark Fisher fue un académico
inglés que se refugió en los blogs cuando el mundo de la academia ya no lo
motivaba. Desde ahí escribió crítica cultural y política, tratando de encontrar
los signos de época en el cine y en los discos contemporáneos. Cioran decía que los suicidas son los
únicos que dicen la verdad. El tono furioso y triste de la prosa de Fisher
intentó pintar nuestra época cansada en un manojo de libritos, como esas bandas
que graban dos discos y luego chau. La editorial Caja Negra editó casi
todo lo que escribió. Realismo capitalista
es su libro más redondo y lleva siendo un best
seller para comentar estos tiempos de postcapitalismo.
En su libro Fisher busca desesperadamente
una alternativa al capitalismo. Pero, como
Deleuze, dijo sefiní: “Me tiré por vos” (García dixit). Tal vez estos modelitos de
intelectuales, medio orilleros y con bronca, que hoy son un chasqui boom!
editorial hagan un lindo prototipo para los palermitanos; pero de verdad no
sirven de mucho. Son escritores solitarios que no pueden dar con un otro, ni
menos con una comunidad útil para arrancar con algún proceso, como dice el Papa
Francisco. Les hablan a treintañeros finales sin mucha esperanza en nada.
Fisher, que con el don de verle los hilos a casi todo, termina siendo un llanto
de denuncia de cómo el sistema nos caga, sin provocar el deseo de revolución o
hacer algo con la bronca, o el inicio de alguna táctica o estrategia para
contrarrestar este one world. Porque
eso es el Realismo capitalista, el único mundo posible según las coordenadas
liberales. O te subís o perecés.
Algunas de sus HIPÓ-tesis:
“Viviendo una época de desamparo, donde proliferan la religión y la superstición,
el Capitalismo es el único sistema viable”. Acá hay que entender lo
“viable” como que haga mierda todo a cada paso; por eso la pregunta que hay que
hacerse es si el capitalismo puede subsistir sin la demolición del mundo.
Porque mientras rompe todo cree que va a inventar nuevas tecnologías que le
subsanen los caos provocados.
“La cultura ¿cuánto puede vivir sin el aporte de lo nuevo?” Fisher
dice que estamos en la era de las reiteraciones. Remake en el cine, en la música, bandas clones que no tratan de
buscar nada salvo traer de un punto de la historia al tiempo actual algo que
parecía real. Fisher hace crítica musical y dice “Ya nada desafía y modifica”, y habla de las bandas que potenciaron
una época, que trataron de poner letra y música a una época. Parece que nos
dice “qué bello fue vivir esa época, hoy
parece que vivimos en un loop de
decadencia”.
“Bajar nuestras expectativas, conformarse con eso, y decir que el precio
es bajo”. Fisher en realidad
quiere una nueva izquierda, pero no esos culones con iPhone que viven hablando
de fotocopias y revoluciones de manuales. Es por eso que los europeos quieren
levantar a Marx de la tumba, porque fue un quilombero. Hoy no hay alternativa.
Entonces dice que la gente toma como buen negocio querer menos. Conformarse.
Mientras lo poco que se tenga no baje demasiado. No parece ser un mal negocio.
Acostumbrados a comer la porción de mierda diaria, sería una buena dieta.
“El capital es la cosa que metaboliza todo lo que toca”. Hay una fe
de época en la que todos nos hemos vuelto conversos. De eso hemos salido como
vendedores o consumidores. Los CEO de nosotros mismos. Estamos, nos dice
Fisher, en una “ontología de los negocios”
como único modo de vivir que da el sistema.
“El anticapitalismo no propone derrotarlo, sino mitigar sus excesos”. El mismo capitalismo hizo de su verbo
la clave y propuso algo que resulta gracioso: “comprar como solución, pero los productos correctos”. ¡Qué Capos!
Claro que es una época de libertad, pero solo de consumo. Si ya no somos
cazadores y recolectores, somos consumidores y vamos a cazar a la góndola, que es
como cazar en el zoo. Si podés comprar sos del porcentaje de la humanidad que
tiene privilegios. ¡Disfrutá que se termina! Y para esos que dicen que el
planeta está en jaque con el calentamiento global, los transgénicos en la
comida, Monsanto y el agotamiento de recursos, deciles que son unos mentirosos.
Que los cracks del capitalismo ya
inventaron “la mentira verde”, así que sólo hay que comprar los productos
correctos.
“Regulación de trabajo y educación, impide el pensamiento”. Fisher
era profesor en una escuela secundaria. Trabajaba con pibes desmotivados que
usaban la PlayStation y la marihuana como narcóticos. Parte de su mala onda parece
que se la agarraba por culpa de esos jóvenes: “La educación: estudiantes resignados, apatía / cinismo / impotencia
reflexiva” (a la que llamaba “hedonia
depresiva”, una mezcla de goce del instante con depresión por un futuro de
incertidumbre). Y nos cuenta que, como todo sistema, al sistema educativo solo
le sale hacer más burocracia, pide llenar informes para hacer estadísticas que
no sirven para nada. Nunca va a hacer cuestionamientos serios. Como esos
médicos de guardia, solo te da Paracetamol.
“Los Jóvenes, quieren todo rápido, quieren que Nietzsche sea una hamburguesa”. Consumir todo rápido. Todo
lo que cuesta no vale la pena. Se impone una “cultura ahistórica” que comienza
siempre ahí. Jamás asociarlo con un pasado. Y el lugar de los docentes solo es visto
como el de facilitadores de entretenimiento. No mucho más. Y lo poco que existe
es evitar el cambio y mantener el estado de las cosas presente. Mientras los comunistas
liberales como Soros o Bill Gates con su lema “ser astuto” digitan el mundo
nuevo.
“No te comprometas con nada”.
Fisher toma la película Heat,
protagonizada por las bestias de De Niro y Al Pacino, donde se muestra lo que
es la mafia nueva comparada con la antigua, la italiana, que tenía más códigos.
Es decir, la mafia también se aggiornó. Personas solas, más individualistas,
que hacen su trabajo, dividen el botín y adiós. También son más profesionales. Primero
estudian bien el caso antes de agarrar el encargue. Neil, el personaje de De
Niro, en un momento dice un mantra: “No
te aferres a nada que no puedas abandonar en tres minutos”.
“Debe surgir un nuevo sujeto político (colectivo)”. Esta frase
parece ser el único esbozo de algo, de deseo, en este libro de Fisher.
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