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j u b i l a t e y a


1 / Cuando uno sale a caminar es una ave fenix que pelotudea. Uno piensa que es inmortal y ve el mundo con otros ojos, el sol se guarda y quedan estelas naranjas, se dice: “porque no lo hago siempre”. Pero es solo una aventura como las que se tiene en verano. El plan “ponerse en forma” o mejor dicho en “mantenimiento” es descartado a la primera invitación de amigos. 


Uno, que aún no tiene hijos, es como decimos con mis amigos, un vhs que se le enganchó la videocasetera. Somos como esos pandas que pelotudean en el zoo sin objeto. Vamos y venimos, como los perros también que juegan con una pelota y no existe nada más en el mundo que esa pelota. Pero en esos paseitos flaneurianos (para que vean que algo aprendí cuando curse letras) siempre veo esos cartelitos pegados en los postes de luz: “jubilate ya, con y sin aportes”.  Me dan esas ganas de jubilarme y me digo aunque me falten años de aportes. Pero empiezo a pensar…¿Cuándo se es viejo? Miguelito Houellebecq, escritor franchute, dice que uno es mayor cuando se mueren los padres. Otros dicen, cuando se tiene hijos. Después sumó a Scott  Fitzgerald, que dijo algo así que si que uno no encontró lo que quiere hasta los 30 no lo encuentra jamás. Y ahí damos con la piedra de toque de lo que quiero contar. El tema es encontrar lo que te entusiasma (para los griegos entusiasmos es tener a los dioses adentro). Si no lo encontraste te volves un plomo. Un ancla que se queja por todo que busca oídos. Licenciatura en víctima que busca a quien culpar, y como dice la Mamá de Toni Soprano, van al psicólogo para hablar mal de la mamá, que para eso lo inventaron los judíos. Genial. 


2/ Quien tiene un hobby debe cuidarlo como el Hobbit que cuidaba el anillo. A veces se busca con quien compartirlo, pero rara vez da con un aliado con los que ranchar. Los amigos que nos dio el sistema escolar o el barrio, son lotería pura, azar. Uno piensa que ahí está el aura, pero también se convierten en pelotudos, como lo hace uno. 


Así y todo uno debe buscar a los de su especie, como los X men, que los rejuntaba el profesor Javier, los mismo que hizo Cristo, que salía a buscar pescadores. Un poco esto, es lo que tiene que hacer ésto uno con los amigos. 

El mundo, hoy por hoy,  es una especie de apocalipsis con zombies que van buscando ofertas, y uno busca refugio en su hobby. La palabra viene del inglés, y es la actividad que se hace regularmente por gusto. Acá abrimos el juego de los griegos que dividían el OCIO del NEGOCIO.  El negocio es la negación del ocio, y el ocio es aquel tiempo sagrado que uno tiene para uno. Esto no es capricho, pero dar con ellos, es la detención del tiempo que va hacia la muerte. El mundo se aceleró. Algó paso en la digitalización del mundo, que dejo roto el tiempo y pasa como “taimer” de bomba a puntos de explotar. Por eso es vital encontrarlo. Nietzsche que era como esos amigos que ven todo blanco y negro, y dejan sentencias,  dijo: “quien no tiene ¾ del día para uno es un esclavo”. Ya sabemos que Federico pegó Bequita del estado y así cualquiera, pero algo de razón tiene. 


3/ Hoy tengo un temario, a los 40 de uno empiezan a joderse los padres y a jubilarse compañeros del trabajo. Muchas veces, pasa lo mismo: no saben qué hacer. Pero si no tiene un mango,  con una jubilación de mendigo la poética agoniza y tiene que buscar otros trabajos. Entonces no salen nunca del circuito de la guitita. Y lo peor no saben hacer otra cosa. Porque el sistema “nos” hizo así, consumidores, seguir consumiendo como Zombie. La figura del zombie como monstruo actual de la ficción es eso. Hombres que avanzan queriendo abrazarlo todo. 


4/ Una vez con un ex amigo que se en enbroncó porque soy Peronista, me comentó que lo mejor que le dio el padre es el amor por el trabajo. Laburar de sol a sol. Yo le dije que es lo peor que se le puede enseñar a un hijo. Existen tantas cosas hermosas en el mundo. Como ir a pescar, el fútbol, correr,  el cine, la literatura, la música, el disfrute de comidas, las charlas etc etc. 


No es que uno haga una oda anti trabajo, la palabra trabajador es una palabra sagrada, pero que lo dejo para otro enjazzo. Que el hombre tenga lo que necesita, y en esta respuesta entra mucha filosofía y otros mientras escuchan van tarjeteando como si tuvieran una katan en la mano y el mundo fuera una maleza a comprar. Llenarse de juguetes para no tener jamás tiempo para usarlos. No poder pasar tiempo con las personas que decís que queres porque no lo tenés. Porque es la “etapa” de juntar para que cuando se llegué a viejo uno se libere, como en la fábula del pescador y el empresario


5/ Uno se pelea más con las personas que más se parecen a uno. A veces con tenerlas cerca, sin mediar palabras, eso está muy bien. Las palabras intentan pero siempre se quedan cortas, al menos traduciendo ideas, sentimientos, odios y cosas. Hay que tener la distancia adecuada, como proponía Schopenhauer, con la explicación de los puercoespines en invierno, que lo llamo: “el dilema del erizo”


“Un grupo de puercoespines se apiñaba en un frío día de invierno para evitar congelarse calentándose mutuamente. Sin embargo, pronto comenzaron a sentir unos las púas de otros, lo cual les hizo volver a alejarse. Cuando la necesidad de calentarse les llevó a acercarse otra vez, se repitió aquel segundo mal; de modo que anduvieron de acá para allá entre ambos sufrimientos hasta que encontraron una distancia mediana en la que pudieran resistir mejor”.


Por eso no hay que agotar las relaciones. Hay que darles espacio. Las categorías de espacio y tiempo son por ésto (¿No kant?). Porque si uno quiere ser un robot, vaya y pase se vive cumpliendo tareas, se va perdiendo el aura. Los cuerpos lo tonan, se empiezan a arrugarse, a hablar en neutro, a no decir nada. Por eso el mejor consejo que se le puede dar a alguien o a uno es el de Marco Poli a  al rey de los tártaros Kublai Kan, en las “ciudades invisibles”:


“Y Polo:


—El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es riesgosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y darle espacio.


6/ La palabra hobby no me gusta, me suena la marca de crayones, pienso en esa frase que escribió Borges en el informe de Brodie: “la vida exige una pasión”. De eso se trata, de luego de haber cumplido su rol de hombre trabajador, venga la etapa de júbilo. No creo que a los babyboomer millenials, que somos los nacidos en los 80 se nos de ésto. Me imagino a Terminator en la cola del pami cagándonos a tiros mientras hacemos la cola por un blister de mejoralitos. 


Pero pongamos que el hombre se jubila, llega medio dudando y con esa rara sensación de qué va a hacer. Se siente raro. Está en la casa. Se pelea más con la mujer, porque el exito de la paz conyugal es la ausencia. El hombre busca algún pasatiempo, y lo que veo es que enferman y mueren. No todos los casos. Algunos explotan antes. ¿qué esta pasando? 65 vividos con los alimentos condimentados con glifosato, pollos criados en garages, y el estrés, cruzarse con algún jefe que como no tiene vida, se desquita con el otro. Recuerdo una frase de Dalmiro Saenz, “los padres no educan se desquitan con los hijos”.


Por eso uno tiene que vivir como si lo hubiera encontrado. Hacerlo todo los días. Compartirlo, si el otro no conecte que busque por otro lado. Jubilarse hoy es la alegría de vivir como si se tuviera el tiempo para hacerlo. La única táctica es renunciar a cosas. No se puede estar en todas. Correrse del mundo. Mi amigo y maestro Luciano, un filósofo autóctono de Rosario, me dio la lección, como Joda, que al morir le dijo a su aprendiz Luke: “trasmite lo que has aprendido”. 


UN WASAP:


"Tengo la suerte de que con mi trabajo meto 4 o 5 ventas por mes y cubro los gastos. Vivo con 400 mil. 150 paso a mi hijo y el resto impuestos y comida. No vicios no joda no cine ni libros al pedo. El tiempo lo uso para estudiar entrenar pensar o estar en paz. El tiempo que me quede, sean 25 años o 5 días, trato de ir por virtud y felicidad de una vez por todas. Trato al menos. De vicio e infelicidad ya tuve 4 décadas.


El tiempo que le robemos a los ladrones del tiempo hay que invertirlo en morder a los amigos para salvarlos".


Ahora es la oportunidad de quedarse callado y pensar. No te la pierdas.

 

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