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EL POST YOLISMO

  ¿Cuántas vueltas se le pueden dar a una obra? O sea, entre volver a verla, pensarla, rumiarla. Me gusta cuando uno re-ve, re-lee, vuelve a pasar por las calles donde estuvo todo. Volver a llorar, para saber si sigo siendo trolo o si me endurecí. La risa lo mismo. Pero hay algo en la liquidez de la risa —que es difícil volver siempre a reír con lo mismo—, creo que ahí hay un desgaste, y además algo que la hace única. En cambio, la tristeza es como una ciudad que quedó en el tiempo: seguís llorando siempre. Eso creo hoy. Ser una especie de antropólogo de la nostalgia es volver a pasar por las cosas artísticas que nos tocaron, o nos manotearon la fibra más sensible: el corazón, querido estudiante contable... Digo todo esto porque siempre me pasó con una obra que me parece maestra : Made in Lanús , de Nelly Fernández Tiscornia. Una autora que fue como una “cazafantasmas”, porque cazó un espíritu de época y pudo escribir una ficción con eso. Es una obra que releo, veo la película ...

El entramado (el apuntalamiento técnico del mundo) _Christian ferrer

Este libro fue escrito en el 2012. Ferrer viene silencioso reflexionando cosas, que hoy 2021 se dan en la editorial caja negra, y traen a extranjeros tratando de imponer una agenda POP. Pero bueno, es para peliar, nada más,  si no no sería el siglo XXI.

Ferrer escribe como habla, pausadamente. Trae algunas ideas, para pensar la época. Hoy casi todo lo que menciona en estos ensayos es agenda, esta formación del humanismo digital que nos está formando. Él, nos dice que hoy los Dioses son “la planificación”, la “Producción “ y presentan al cálculo como el único sistema de pensamiento. Todo lo demás suena a viejo o cosas de jipis bancados por papis. Sistemas políticos de siglos anteriores que no pueden hacer frente a nada, porque qué están en otra. La única esperanza es la tecnología. Si Heidegger dijo sólo un Dios puede salvarnos, hoy es en la tecnología donde reposa nuestra esperanza. Sólo pensar en la técnica será nuestra labor. 

¿Pero qué trajo la tecnología? ¿Además de rapidez? Destrucción de la naturaleza y cambios climáticos.  Y parece que ese costo es parte de los logros. Ferrer nos cuenta, que reposando en la ciencia y la tecnología, se augura un futuro de clonaciones de animales extintos. En vez de trabajar en las causas que los extinguen, se asegura así la vida eterna. 

Al calentamiento global, lo solucionamos con más aire acondicionado ¡quiero re truco!; sólo un detalle, esto genera más calentamiento global. Los hogares, los hacemos cada vez más baratos, donde cuesta refrigerarlos y calentarlos, por ende más calentamiento. 

Hay una frase que me gustó y es: “cada tecnología arrastra, una historia de daños” 

La tecnología convierte todo en otro estado, nada se pierde, todo se transforma. Se lleva a cuestas varios trabajos con sus adelantos. Todo lo que se pone a su paso es dejado de lado. Así que hay esperar paciente a que destroce tu rubro. Y ahí sí lloraras. Pero con una salvedad, cada vez es peor: “Estamos pasando al porvenir problemas más complejos”: sufrimientos al cuerpo, y la destrucción del mundo. Contra lo primero, está la esperanza en la ciencia y las píldoras milagrosas. Si se dice que antes se decía que se sufría menos que ahora, pues tenemos ejércitos de pastillas y psicólogos, para hacerle frente a la depresión. Pero parece que el cuerpo no se ha enterado de esta caballería y sigue sufriendo de lo lindo. Algo está fallando yendo todos de prepo hacia el progreso. 


FORTALECER EL ALMA


La otra idea poderosa que deja, es que antes se atendía a los trabajamos del alma. Ejercicios o meditaciones, o lugares sagrados, donde el hombre podía reposar y cargar pilas reales. Hoy vive conectado, entre desear lo ajeno, que lo convierte en sufrimiento, o la anestesia de las redes sociales como nueva alienación, que lo deja a uno duro como rulo de estatua, como mucho refleja broncas de clase, que tal vez ni las piense reales, pero le cambia los días y supone que eso le da relleno a su vida.  

En la antigüedad se entrenaba el alma contra los males. Hoy se prioriza el cuerpo, tanto en lo estético, como en lo bioético, si se me permite el hipo Focaultiano, pero  hoy, ante cualquier dificultad, ante el primer dolor, se toma algún comprimido o se pide ayudita al doctor, o al google. A toda dificultad un socorro. Hay miedo a experimentar. Miedo a romper, porque sale caro, porque no se, porque si lo hago me rompen las bolas siempre. Es así, la cosa es llorar. Ser parte del llanto colectivo del mal existencial. El ser de época es bastante llorón. Así que dejaselo al especialista de turno. Anda pasando la tarjeta de crédito, plis. 

Ferrer dice: “el cuerpo recibe, pero es el alma quién regula el golpe. Amortigua su impacto” . Para hacerle frente al dolor, existía la disciplina de los guerreros o de los ascetas religiosos, para no desesperar, para tonificar el carácter. Pero hoy todo es huida. Dejo para mañana. 

¿No se puede Dejar un bot programado para que haga lo que odiamos? Así nosotros nos dedicamos a ver series, a gozar, a hablar de lo que nos hace feliz como clase llena de privilegios. El sueño parecería que se está cumpliendo, pero parece que no es tan así. Si los robots hacen nuestro trabajo, a nosotros nos queda matarnos por las sobras de una sobremesa.  Porque parece que no tendrás nada en el futuro.

Si Marx decía que luego de la revolución, vendrían los tiempos para tocar el violín, y leer grandes novelas de Tolstoi, parece que pifió fiero. El trabajador lo cagó. Como dice Omar Viñole, el proletario es el primer tomo del Burgués. No quiere la revolución, quiere aumentar el goce. Por ahora sólo busca conseguirlo, trabajando más. Buscando otros curros. trabajando de cualquier cosa o re-vendiendo cosas en los ratos de ocio, mientras supuestamente mira un partido o mira una serie. No importa que trabaje, nada basta. El consumidor es vendedor también. En eso, nadie viene a salvarnos. La tecnología al final es Terminator. Vienen por vos y tu flia. Ya perdiste el duelo mirando pavadas por el celu. 


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