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EL POST YOLISMO

  ¿Cuántas vueltas se le pueden dar a una obra? O sea, entre volver a verla, pensarla, rumiarla. Me gusta cuando uno re-ve, re-lee, vuelve a pasar por las calles donde estuvo todo. Volver a llorar, para saber si sigo siendo trolo o si me endurecí. La risa lo mismo. Pero hay algo en la liquidez de la risa —que es difícil volver siempre a reír con lo mismo—, creo que ahí hay un desgaste, y además algo que la hace única. En cambio, la tristeza es como una ciudad que quedó en el tiempo: seguís llorando siempre. Eso creo hoy. Ser una especie de antropólogo de la nostalgia es volver a pasar por las cosas artísticas que nos tocaron, o nos manotearon la fibra más sensible: el corazón, querido estudiante contable... Digo todo esto porque siempre me pasó con una obra que me parece maestra : Made in Lanús , de Nelly Fernández Tiscornia. Una autora que fue como una “cazafantasmas”, porque cazó un espíritu de época y pudo escribir una ficción con eso. Es una obra que releo, veo la película ...

el corredor zombi

El corredor es una especie de zombi. No sirve para mucho. Solo piensa en correr. Mejorar sus marcas. Que por lo general saca los metros de algún blog, alguna revistas o conocidos q correr.
Así como el zombi solo vive para comer. El corredor solo piensa en meter sus corridas. Y cuando se perfecciona sus entrenamientos. 
Correr es algo de uno, pero hay un querer medirse con otros. Aunque los números de otros sean imposible. Se lo puede tomar como un hobby de uno solo, y de a poco ir mejorando y luego volver a la gorda de runners y mostras tus baratijas. 
No así el judo. Dónde hay peleas, clasificaciones y posibles podios. Eso lo tenés ahí. Es.mas directo la frustración. En el runners te podés hacer el pelotudo, aunque a los par de meses ya te mandes a querer correr un maratón en tu barrio.

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