Nada que funcione es pensado. Un piensa cuando algo está roto, cuando funciona mal.
A veces pienso, mientras paseo a los perros, ¿Qué debe tener un día perfecto? eso depende del usuario, me respondo como eructo no esperado. Pero lo qué sí encuentro como respuesta es que un hombre con rutina, es un ser superior. Se sea runner o filósofo.
Cada cual decide su vida y su muerte, como dijo Sandro en una entrevista tan varonil a Mirtha "la chiqui". Aunque con el tiempo, y viendo lo que sufrió, habría que rever eso de que uno dice algo siendo el más poronga y que valga para siempre. Todo depende. MI valiente respondedor.
Pero la cosa es que los hombres que tienen una rutina, son los más poderosos. Es casi como haberse programado. Entonces el tira piedras de adentro, dice que la vida programada es una vida de mierda. Pero eso lo debe decidir el usuario, macho. Mira si vamos a estar opinando de otros. Hablar de uno todo el tiempo también es de pedante. Y tampoco uno tiene una vida que merece ser contada, pero eso también es un mote heredado. Uno no cuenta su vida porque es genial sino porque no tiene nada que hacer, porque tiene algo roto, porque quiere pensar su vida y sus hábitos. O porque quien quiere registrar algo para no olvidar. Para recordar que se hizo en un tiempo de la vida.
En esos años donde aún se vivía. Siempre y cuando se tenga la suerte (el otro) de haber despertado.
Se comienza a despertar cuando está nublado. Cuando existe ese olor a muerte. Cuando se nota que ni el viento pasa por un lugar. Ahí hay que hacer cambios. Drexler escribió algo que me encanta: “ Como los pájaros y el alfabeto, si quieres que algo se muera déjalo quieto”.
Debería ser un principio rector con todo. La vida, los amores, la familia, la profesión y el estudio.
No hablamos de una vida diseñada, porque todo cambia. Nada es para siempre, nada dura más que un mes. Los japoneses dicen (siempre me gustó resaltar una frase que desconozco los copyright, con “Los japoneses") que un hábito tarda en armarse al menos 30 días luego de eso, ya es parte del sistema operativo. Para ello también tienen otra palabra "Kaizen": un poco cada día. El tema acá es domar la cabeza, que quiere todo ya, y solo produce una angustia menor, de no vas a poder, no vas a llegar, busca refuerzo, pedi ayuda etc. Al menos, así me funciona mi cabeza alimentada a EGB en escuela privada.
Pensarlo en la cabeza y pasarlo a papel como orden burocrática. Tal vez luego venga lo más difícil: cumplirlo. Se a cual sea tu ambición diminuta, que puede ser en correr un maratón, escribir un libro, o ser el 9 de Talleres de remedios de escalada. Lo último no creo, esos 9 están en instagram, pero sea lo que sea, que cada día te tenga en el camino. A paso tortuga.
Sigo pensando que un cuaderno y un birome son un arma espiritual. Hace bien escribir lo que se piensa, o idea. Más que nada porque como leí a Sarmiento "el mata indios", escribir es pensar. Ese lujo que algunos nos damos. Así que lo primero de todo, es eso. Los monjes de la cartuja lo llaman el gran silencio. Acá en Lomás le decimos: “cerra el orto” y con eso, ponete a hacer. El deseo es un anzuelo que paga vacaciones al exterior a los psicólogos.
En ésta época donde se obliga a decir, para dar el presente ante el poder, no emitir una opinión de todas las cosas que suceden es el comienzo de la resistencia. fAHHH ME LEVANTE CON TODO
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