Ir al contenido principal

Destacados

j u b i l a t e y a

1 / Cuando uno sale a caminar es una ave fenix que pelotudea. Uno piensa que es inmortal y ve el mundo con otros ojos, el sol se guarda y quedan estelas naranjas, se dice: “porque no lo hago siempre” . Pero es solo una aventura como las que se tiene en verano. El plan “ponerse en forma” o mejor dicho en “mantenimiento” es descartado a la primera invitación de amigos.  Uno, que aún no tiene hijos, es como decimos con mis amigos, un vhs que se le enganchó la videocasetera. Somos como esos pandas que pelotudean en el zoo sin objeto. Vamos y venimos, como los perros también que juegan con una pelota y no existe nada más en el mundo que esa pelota. Pero en esos paseitos flaneurianos (para que vean que algo aprendí cuando curse letras) siempre veo esos cartelitos pegados en los postes de luz: “jubilate ya, con y sin aportes”.  Me dan esas ganas de jubilarme y me digo aunque me falten años de aportes. Pero empiezo a pensar…¿Cuándo se es viejo? Miguelito Houellebecq, escritor franchut...

_LA CONJURA DE LOS NECIOS de John Kennedy Toole

Siempre me dio risa eso de crítica de libros. Yo haría elogios de libros. Halagos. No se puede perder tiempo en lo que uno oida. Ya lo dijo Cabral y Arjona. “La conjura de los Necios”  fue la única novela que publicó John Kennedy Toole, que luego se suicidaría a los  32 años. Fue su madre quien paseó sus originales hasta que un editor logró publicarla, luego ganó un Pulitzer y hoy es una novela de culto.  Con un tono cómico cuenta la desgracia de un incomprendido: la historia de Ignatius Reilly , quien luego de pasar 10 años en la universidad quiere dar una guerra sin cuartel contra la sociedad occidental en decadencia. En esa batalla pírrica, va escribiendo en sus cuadernos pequeños tratados y reflexiones, sobre sus trabajos y sus luchas. Que son una tontería, cuando en realidad todo ese circo es aguantado por su madre. Que lo sigue tratando como un niñito, hasta que se lo hacen notar. Algo que nos recuerda la vida que llevamos muchos de nosotros. Vagos con ganas de escribir. 
Un cuaderno lo bautiza: “Diario de un joven trabajador o Adiós a la Holgaza”, anotaciones sobre las salidas de su pieza olorosa. A Ignatius se lo puede considerar como un vivo, pero en realidad son como eso amigos incomprendidos. Tal vez le faltó un golpe de horno en lo social. Por no haber visto todo, como lo hacía Polosecki.  
Todos piensan que es un loco, o un  vivo. Su madre lo aguanta, hasta que empieza a dudar por los comentarios de terceros y lo quieren llevar al psicólogo: “intentarán convertirse en un subnormal enamorado de la televisión y de coche nuevos y de los alimentos congelados ¿no comprendes? la psiquiatría es peor que el comunismo. Me niego a que me laven el cerebro ¡no seré un robot!”.
En su pieza lleva un cartel: “LA PAZ A CUALQUIER PRECIO”. Ahí reposa el guerrero. Están sus cuadernos apilados. La novela trata un poco de eso. De los hombres que en la vida con otros ojos, y los que insisten. Hombres que tal vez se armen un mundo de paranoias o persecutas, que nadie aguanta. Y la búsqueda sea dar con alguien más,  solo alguien más. Como le pasó a Nacho. 

Comentarios

Entradas populares